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Los sotos de Alfaro, un paisaje dibujado por el Ebro

Los médicos japoneses recomiendan a sus pacientes pasear por el bosque para aliviar el estrés. Los sotos de Alfaro, en La Rioja Baja, no es un bosque al uso pero tiene el mismo efecto para la ansiedad. Esta zona, dibujada a golpe de inundación y estiaje por el Ebro, es un bosque de ribera engañosamente descuidado. Si, descuidado DSC_0823editedporque cuando el río se desborda arrastra hasta sus meandros todo lo que la fuerza del agua empuja: troncos, piedras, arena, grava… Material que sedimenta y da un aspecto desordenado pero que es el perfecto caldo de cultivo de miles de especies animales y vegetales.

Los colores de los sotos en primavera y otoño son difíciles de describir, y las diversas rutas que recorren el Ebro en Alfaro permiten al paseante encontrarse a simple vista con islas de grava llenas de aves zancudas e incluso elegantes milanos surcar el cielo en busca de alimento. Y cigüeñas, claro, porque Alfaro es conocida por estas viajeras aves blancas y negras.

Durante el paseo, si el Ebro baja con poco caudal, es posible recalar en las playas de piedra que se forman a ambas orillas de los sotos. Un espacio tranquilo que inspiró la novela ‘Río’, de Miguel Bermejo, que describe con gran acierto el paisaje de la Reserva Natural de los Sotos de Alfaro.DSC_0813edited